Joan Peñarroya expresó su preocupación antes del descanso por la falta de determinación de su equipo para mantener una ventaja cómoda de cara a la segunda mitad. Errores innecesarios, falta de dominio en los rebotes y algunos ataques mal ejecutados permitieron al Bayern reducir los 7 puntos de ventaja que tenía el equipo blaugrana a menos de dos minutos para terminar la primera mitad. De un marcador de 39-32 se pasó a un ajustado 42-41. Una vez más, todo por decidir tras este breve lapsus.
Sin embargo, el equipo sufrió una desconexión aún mayor en la segunda mitad. Un colapso total. El Baskonia dejó de competir luego de alcanzar su máxima diferencia con dos puntos anotados por Moneke faltando 2:18 para el final del tercer cuarto. El jugador nigeriano puso el marcador en 62-52 y parecía encaminarse hacia una victoria del Baskonia.
Pero no fue así debido a un desastroso parcial de 6-24 en los últimos 12:18 minutos del partido. El Baskonia no volvió a anotar en ese tercer cuarto y solo logró meter tres canastas en el último periodo, una cortesía de Moneke, otra de Kotsar y la tercera y última obra fue un tiro realizado por Howard que estuvo desaparecido durante todo el encuentro.
El anotador apremiante de New Jersey no estuvo en su mejor momento.
El Baskonia tampoco estuvo a la altura en la recta final del partido. Sin generar juego, perdiendo rebotes en su canasta, permitiendo segundas oportunidades continuas y viendo a los jugadores enfrentarse individualmente. Frustración. Oscuridad. Desesperanza.
El Baskonia nunca logró encontrar soluciones para superar la defensa de Laso. Limitados. Sin alternativas. Además, las pérdidas se acumulaban una tras otra. Demasiados regalos para entregar el partido.
El Bayern aprovechó las oportunidades que le brindaba el equipo blaugrana. El Baskonia terminó el encuentro frente al Bayern de Múnich con 14 pérdidas de balón. Pero ese no fue el único problema. Los rebotes fueron otra pesadilla para el equipo de Peñarroya.
Los jugadores del Baskonia no pudieron proteger su canasta y los jugadores de Laso consiguieron hasta 14 rebotes ofensivos en la canasta del Baskonia. Demasiadas concesiones.
Si a eso se suma que en ataque el equipo no estuvo preciso y dependía de los destellos individuales de Marinkovic, solo quedaba esperar por una reacción milagrosa para evitar un desplome inminente.
Sin embargo, esa reacción nunca llegó. El Bayern supo cómo hacerle daño a un Baskonia limitado.
Sin una guía clara desde el puesto base para dirigir las operaciones, los jugadores se vieron obligados a buscar por sí mismos sus oportunidades. El desempeño en el juego de 5 contra 5 fue deficiente. Con pocas opciones de contraataque, el equipo de Baskonia está sufriendo considerablemente. Esta situación se evidenció frente a un Bayern que no se rindió y aprovechó al máximo la desconexión pesadillesca experimentada por Baskonia.