A diferencia de varios partidos de esta temporada, donde el rival del equipo dirigido por Xavi empezó fuerte desde el principio y consiguió marcar en los primeros minutos ante la baja intensidad de los jugadores del Barcelona, en esta ocasión los roles se invirtieron y fueron los blaugranas quienes tuvieron un inicio brillante.
Incluso, a los 6 minutos del encuentro ya estaban en ventaja frente al Real Madrid. Fue una sorpresa en el Bernabéu y el Barça se puso por delante gracias a un gol de Christensen, tras una desafortunada acción de Lunin en un saque de esquina ejecutado por Raphinha. En ese momento, hasta el seguidor más escéptico del Barcelona pensó en la posibilidad de luchar nuevamente por la Liga y, ¿quién sabe?, repetir remontadas históricas ante el Real Madrid al final de la temporada, como ocurrió en 2004, cuando Xavi marcó el gol decisivo en la jornada 34 (1-2), reduciendo la brecha de puntos a 4 respecto a los madridistas (que lideraban por 7 puntos) en una Liga que acabaría ganando el Valencia pero donde finalmente el Barcelona superó al equipo blanco.
Todo parecía demasiado bueno para ser real, y Cancelo se encargó de traer al barcelonismo de vuelta a la tierra luego de días anteriores, cuando el PSG frustró las esperanzas del Barcelona en la Champions. El portugués cerró una semana complicada después de cometer un penalti absurdo contra los franceses, permitiendo que Lucas Vázquez se adentrara en el área para enfrentarse a Cubarsí y marcar con astucia para el Real Madrid. Soto Grado lo ratificó. Cubarsí extendió su pie, inmóvil, y cuando el gallego lo evadió, buscaba hacerlo tropezar. La influencia de los videos intimidatorios del canal oficial del Madrid sobre esto quedará en incertidumbre, pero Soto Grado no titubeó al señalar el punto penal y Vinicius Jr disparó fuerte a la izquierda de Ter Stegen para igualar el marcador.
El Barça no perdió la esperanza y siguió con su estrategia en la que un intrépido Lamine Yamal llevaba el peso del ataque, debutando con la camiseta blaugrana en Bernabéu a sus 17 años sin mostrar señales de nerviosismo, habiendo demostrado previamente su destreza por la banda del estadio blanco con aplausos del público unas semanas antes con la Roja. Y así surgió otra jugada polémica; como suele decirse: ‘siempre sale el 36’.
Lamine Yamal hizo un remate de espuela desde el área pequeña y Lunin logró sacarla justo antes de que pareciera cruzar la línea. En una Liga con tecnología al nivel del año 2024, el árbitro habría podido verificar rápidamente en su reloj si era gol o no, pero en la Liga de España, tras más de 3 minutos de revisión, Sánchez Martínez, un conocido de los blaugrana, confirmó desde el VAR que todo estaba en orden. Media hora de partido y un penalti que parecía dudoso y un gol que se asemejaba más a un gol fantasma que real. Una vez más el Barça recordaba las palabras de Pep Guardiola, quien dijo en su momento que para ganar en el Bernabéu hay que ser muy buenos y jugar realmente bien.
La situación pudo haber sido peor antes del descanso si no fuera porque Christensen, autor del primer gol, corrigió su grave error al perder el balón ante la presión de Bellingham y retrocedió a tiempo para evitar que Rodrygo rematara fácilmente ante Ter Stegen. Aún quedaba tiempo para otro incidente. De Jong tuvo que abandonar el campo en camilla entre lágrimas luego de chocar fuertemente con Valverde durante una disputa por el balón.
Después de una primera mitad reñida en la que ambos equipos lucharon por mantener el empate, el Barcelona en desventaja y el Real Madrid cansado por su reciente participación europea, el segundo tiempo comenzó con la determinación de no perder lo ganado en los primeros 45 minutos. Aunque el Madrid tuvo algunas llegadas tímidas a través de Vini bien contenidas por Koundé y Lamine haciendo de las suyas por la banda derecha, no tenían muchos compañeros cerca para crear peligro. Parecía que el joven estaba librando la batalla solo.
Lunin parecía haber perdido sus habilidades sobrehumanas en Manchester y tuvo una salida mal calculada que, si Lewandowski hubiera estado atento, podría haber aprovechado, pero el polaco controló la situación y cuando intentó sorprender al portero, este ya estaba preparado. Fue la última acción del delantero blaugrana en el partido. Después de una hora de juego, Xavi cambió radicalmente el rumbo del encuentro con dos sustituciones. Joao Félix, quien nunca había marcado ante el Madrid y no había experimentado una victoria contra ellos, entró junto a Ferran en lugar de Raphinha, sin mostrar su capa de superhéroe exhibida contra el PSG en Champions League; y Lewandowski mismo, quien estuvo apagado.
El cambio táctico del entrenador del Barcelona tuvo un impacto positivo una vez más, acertando en sus decisiones, y Fermín, que había entrado en el descanso, anotó un gol oportunista. Lamine realizó el centro, Ferran dejó pasar el balón para despistar a Lunin y Fermín, con astucia, aprovechó la oportunidad para adelantar al Barça. Quedaban veinte minutos. Un momento crucial.
De manera similar al primer tiempo, Cancelo se aseguró de que la ventaja de su equipo fuera breve. Otro error imperdonable del jugador portugués al dejar a Lucas Vázquez sin marca para rematar con fuerza y sin oposición un centro de Vini desde la izquierda.
La esperanza del Barcelona por salir victoriosos en el Bernabéu se desvaneció rápidamente y los momentos finales fueron dominados por el equipo blanco. Ter Stegen logró detener un mano a mano con Vini pero Bellingham no perdonó en tiempo extra. Brahim condujo la jugada por la derecha, pasó a Lucas y el inglés, llegando desde atrás, venció a Ter Stegen sentenciando así La Liga que esta temporada será conquistada por los blancos en lugar del Barça como ocurrió el año pasado.