El entrenador asturiano comenzó sentado en su banquillo mientras que el técnico catalán empezaba a dar indicaciones desde el primer minuto. Xavi no quería regalar nada en los primeros instantes del partido y pronto quedó claro que el PSG estaba decidido a ir a por la victoria. Los locales solo podían respirar con balones largos hacia Lewandowski.
Pero la fuerza del juego activo en el fútbol es impresionante.
En su primer acercamiento al área del Barcelona, Lamine logró llegar hasta la línea de fondo y su centro al primer poste fue rematado por Raphinha para terminar en el fondo de la red con algo de fortuna. De manera similar a lo ocurrido en la capital francesa, y con los mismos protagonistas, el Barcelona se adelantaba en el marcador.
El gol dejó un poco confundidos a los jugadores galos. Los catalanes se organizaron, encontraron calma y comenzaron a jugar más lejos del arco defendido por Ter Stegen. Lewandowski envió alto un balón suelto y el estadio de Montjuïc rugía como nunca antes al ver la determinación de sus jugadores.
En un instante, la situación cambiaría drásticamente. Barcola encaró el área y Araujo lo derribó justo antes de entrar en el área penal. El árbitro expulsó al uruguayo sin siquiera revisar la jugada en el monitor. Xavi sacó a Lamine e ingresó a Íñigo. El guion del partido dio un giro; ahora tocaba resistir durante una hora.
La noche se complicó aún más cuando Dembélé logró igualar tras un centro de Fabián. Luis Enrique apretaba los puños con frustración porque ese tanto revivía, y de qué manera, las esperanzas de su equipo.
Apenas iniciado el segundo tiempo, un disparo lejano de Achraf estuvo cerca de vencer a Ter Stegen. La sensación de temor crecía más rápido de lo esperado.
Fabian se disculpó al cruzar demasiado cerca. El Barcelona solo mantenía la esperanza con el resultado. Sin embargo, un fuerte disparo de Vitinha desde fuera del área dejó sin opciones a Marc-André.
El Barcelona no tuvo tiempo para reaccionar al golpe. Cancelo cometió un error infantil al hacer un tackle absurdo en el área, derribando a Dembélé. Penalti claro, gol de Mbappé y 1-3 para el Paris Saint-Germain en la Ciudad Condal.
A pesar de la presión, los jugadores del Barcelona mostraron coraje en los últimos minutos del partido. Xavi hizo entrar a Ferran y Joao Félix en busca de lo que parecía casi imposible. Lewandowski obligó a Donnarumma a lucirse y eso devolvió algo de fe al estadio Montjuïc. Raphinha también estuvo cerca de lograr la hazaña con un disparo cruzado. Aunque el Barcelona se volcaba al ataque, Mbappé sentenció con el 1-4 en tiempo añadido aprovechando un despeje defectuoso de Kounde.
De manera cruel, el F.C. Barcelona dice adiós a Europa. Los blaugranas compitieron mejor en esta eliminatoria que en otras fases de la temporada. Sin embargo, los pequeños detalles marcan la diferencia en la élite y esta vez favorecieron a los franceses.
El tema sostiene que es necesario perder mucho antes de ganar. Desde que sufrió una humillante derrota en 2020 ante el Bayern con un marcador de 2-8 en Lisboa, el equipo catalán ha experimentado numerosas derrotas. Sin embargo, lo demostrado este martes confirma que el Barcelona se está acercando, poco a poco, al camino hacia la victoria. Aunque esto puede no ser consuelo para ningún seguidor del Barcelona, a la larga se apreciará que no solo importa qué sucede, sino también cómo sucede. Los dirigidos por Xavi cayeron con la frente en alto.